Toda la exsistencia, la materia, la vida…todo debe su ser a la frecuencia.
Cada emoción, incluido el amor y el odio, se armonizan en una específica vibración.
La Naturaleza nos enseñó que de la relación matemática de algunas frecuancias origina la vida,
y la geometría de la “Flor de la Vida” es una demostración.